Me llamo Fonsu como mi abuelo.

Éste empezó a construir la casa en 1932 para casarse con mi abuela Rosita. Las piedras de la casa son del río Fluviá a su paso por Orfes, que él iba a buscar con su carro. Siempre nos explicaba que en invierno aquellas piedras estaban heladas.

En 1935 mis abuelos se casaron y se vinieron a vivir a la casa, pero, al estallar la guerra, todo cambió. El abuelo Fonsu tuvo que irse y la abuela se quedó sola. Los soldados requisaron la casa como cuartel durante un tiempo. Acabada la guerra, tuvieron que empezar de nuevo. Abrieron un hostal con tienda de ultramarinos y molino de piensos. Los payeses de la zona venían con el carro y el animal a proveerse para la semana. Era un punto de encuentro para una copita de anís, una partida de butifarra y comentar sobre la siembra. Las payesas venían con el cesto a hacer la compra.

En 1977 mis padres compraron Mas Ferran, para ampliar el molino y tuvieron que cerrar la tienda porque ya no era rentable.

Mi familia continuó viviendo en Can Fonsu hasta 1996.

Después de unos años y una cuidada restauración, abrimos con mucha ilusión para todos vosotros.